La educación física es la única asignatura escolar dirigida a inculcar en los niños un estilo de vida saludable. Sin embargo, las tasas de sobrepeso y obesidad no dejan de aumentar en la mayor parte de Europa. ¿Podría el deporte escolar ser la solución? ¿Cómo debe estructurarse la educación física para que tenga unos resultados óptimos? El eurodiputado y ex campeón olímpico Pál Schmitt ha elaborado un informe sobre la materia que será sometido a votación por el Pleno del PE la próxima semana.
El número de niños europeos que sufren obesidad o sobrepeso aumenta cada año en más de 400.000, que se suman a los catorce millones de ciudadanos de la Unión Europea con sobrepeso, entre los que se encuentran al menos tres millones de niños obesos. En los veintisiete Estados miembros, uno de cada cuatro menores padece sobrepeso; su causa principal no es tanto una dieta rica en calorías como la falta de actividad física. Los niños no comen más, sino que se mueven menos.
El número de niños europeos que sufren obesidad o sobrepeso aumenta cada año en más de 400.000, que se suman a los catorce millones de ciudadanos de la Unión Europea con sobrepeso, entre los que se encuentran al menos tres millones de niños obesos. En los veintisiete Estados miembros, uno de cada cuatro menores padece sobrepeso; su causa principal no es tanto una dieta rica en calorías como la falta de actividad física. Los niños no comen más, sino que se mueven menos.
Niños deportistas, adultos sanos
La obesidad supone el siete por ciento del gasto sanitario en la Unión Europea; muchas de las patologías más frecuentes en los adultos, como la osteoporosis o la enfermedad coronaria, tienen su origen en la infancia. La práctica regular de actividad física también tiene efectos positivos sobre el bienestar psicológico de los niños, ya que aumenta su autoestima y desarrolla su capacidad de integración a la vez que fomenta valores como la solidaridad o el espíritu de equipo. El deporte es asimismo una vía eficaz de lucha contra el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad. Todo esto lo sabe bien el eurodiputado húngaro del Partido Popular Europeo Pál Schimitt, ex campeón olímpico, quien trabaja en un informe sobre el papel del deporte en la educación. Explica que el texto "pretende llamar la atención de los responsables nacionales y comunitarios sobre la importancia de conectar el deporte en los colegios con un estilo de vida saludable". Según Schmitt, "mientras que la tasa de obesidad aumenta entre los escolares, el número de horas dedicadas a educación física en los colegios disminuye". El lunes 12 de noviembre los eurodiputados debatirán en Pleno una moción de resolución sobre la educación física en las escuelas, que será sometida a votación al día siguiente.
Educación física "sacrificada"
Según el informe, uno de los principales problemas es el contenido de los programas de educación física de los colegios, que resulta poco atractivo para los niños y en ocasiones es demasiado competitivo. Además, el texto alerta de la progresiva marginación del deporte en las escuelas, de la falta de coordinación entre lo que se hace en el colegio y la actividad extraescolar o de la escasa financiación del equipamiento deportivo. "Con frecuencia se sacrifica la educación física en beneficio de otras asignaturas", lamenta Schmitt.
Ante esta situación, el informe propone que los Estados miembros desarrollen campañas informativas para promover la actividad física infantil, y que el deporte sea obligatorio en las escuelas de primaria y secundaria. Las clases de educación física deberían tener lugar al menos tres veces por semana, aunque "como ex atleta olímpico", Schmitt asegura recomendar "a los niños que hagan ejercicio a diario, participando tanto en actividades escolares como extraescolares, y a los adultos que lo hagan al menos tres veces a la semana". "Yo mismo voy regularmente a la piscina y al gimnasio", afirma.
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